En esa coyuntura Molins decidió ocupar el puesto de presidente y comenzó la tarea de reconstruir el equipo partiendo prácticamente de cero. Se realizó una convocatoria en prensa para buscar jugadores a la que respondieron algunos veteranos del equipo de antes de la guerra, así como un buen número de jóvenes e incluso varios jugadores vascos del Athletic Club de Madrid, a los que el conflicto había atrapado en San Sebastián.